EL ESPÍRITU DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA 

           Todos, en alguna ocasión, nos hemos preguntado por qué "El Quijote", aquel pintoresco libro de caballería, sigue vivo cuatrocientos años después. Seguramente la respuesta está en que el personaje que engendró Cervantes revela lo bueno y lo positivo del ser humano. En aquella época, los caballeros eran gente que con sus cruzadas libraban a los inocentes y a los débiles del acoso de los fuertes y poderosos.

            El espíritu de Don Quijote era librar sus propias batallas contra las fuerzas del mal que, a menudo, oprimían a los débiles. Hoy en día ese espíritu sigue vivo en aquellas personas que viven y trabajan para construir un mundo más justo, donde la solidaridad ha de ser el pilar de nuestras batallas.

            Sus armas fueron la lanza, el escudo y, cómo no, la bacía, que para él se convirtió en yelmo, tan valioso y reluciente que parecía de metal precioso. Fue su símbolo, algo tan sencillo y común se convirtió en su bien más preciado.

             También nosotros, en nuestros días, debemos poseer nuestras propias armas; nuestra lanza debe ser la palabra, nuestro escudo la verdad y nuestro yelmo la razón. Sólo de esta manera, aquel espíritu que nos dio a conocer Cervantes hace cuatrocientos años, permanecerá vivo durante los siglos de los siglos.

Mª Dolores Capilla